La filosofía y estrategia de FON me gustó desde el principio, por su caracter radical en la apuesta por modelos de negocio abiertos y por nuevos modelos culturales. Pero al mismo tiempo es una apuesta extremadamente arriesgada (propia de un mundo paretiano). Una red wifi basada en hotspots mantenidos por los propios usuarios es un negocio de todo o nada: si alcanza un cierto umbral de densidad local a partir del cual se convierte en un servicio útil, podrá crecer y ser entable, si no lo hace no aportará valor y será abandonado por sus usuarios.
El acceso ubícuo y barato a Internet en España, indispensable para que se desarrollen redes creativas e innovadoras, sigue siendo una utopía. Ramón Sangüesa propone, a partir de un análisis comparativo entre países del coste de la banda ancha, que España sigue instalada en el Tercer Mundo Digital. Este panorama es consecuencia de unos poderes públicos que han impedido activamente el nacimiento de redes wifi públicas o privadas (independientes de las grandes operadoras, escasamente interesadas en competir con su propio cuasi-monopolio) y de unos políticos que, sólo en campaña electoral y haciendo en muchos casos un ejercicio de cinismo, prometen redes wifi sin explicar como lo harán ni por que antes las ignoraban o se oponían. En este contexto, Fon era una esperanza, pero, un año después de su nacimiento, me mostraba escéptico sobre su capacidad para alcanzar la densidad mínima que lo hiciese realmente útil.
Ahora (que también está a punto de fallar mi apuesta sobre su futuro) parece que Fon si va a lograr alcanzar esa masa crítica, al menos en algunos barrios de algunas ciudades. Puede ser suficiente para que el negocio empiece a consolidarse y se transmita viralmente a otros espacios urbanos. Esta esperanza surje del comentario de Martin Varsavsky, que estima que [l]os Foneros en su conjunto están instalando más hotspots que todas las empresas de telecos del mundo:
Estaba leyendo este artículo que dice que a fin del 2007 habrán 179.500 hotspots en todo el mundo y que el crecimiento para llegar a esa cifra habrá sido del 25%. Esto significa que los foneros están agregando más hotspots que todo el resto de los operadores del mundo juntos. Fon tiene unos 200.000 hotspots vendidos y unos 140 mil activados... Además ahora que los foneros están poniendo Fontennas y aumentando la cobertura muchísimo la presencia Fon se notará mucho más. En algunos barrios de España se está llegando a mucha densidad. La más notable es la de Chueca en Madrid.
Este mapa del barrio de Chueca en Madrid, generado en el servicio de mapas de hotspots de Fon, muestra una cobertura aparentemente bastante buena en algunas zonas. La combinación de estrategias globales (convertirse en una marca global y generar un proceso de márketing viral) y locales (crear redes operativas en espacio urbanos idóneos por su densidad y tipos de usuarios) empieza a dar sus frutos. Durante este tiempo se habló mucho de la estrategia global, enormemente exitosa para lograr financiación e imagen pero isnuficiente para ofrecer un servicio operativo. Parece que, más en la sombra (o con menos atención por parte de medios y blogs), la estrategia local si se estaba desarrollando. Si el éxito se confirma se demostrará de nuevo que vivimos en un mundo glocal, y que sólo aquellos proyectos que sepan entenderlo y manejarlo acabarán siendo viables.