Lego presentó el año pasado el rediseño de su producto Mindstorms, que permite construir todo tipo de objetos mediante bloques de construcción robotizados y programables. Este producto llevaba ya años en el mercado, pero tras el lanzamiento de su segunda versión en 2001 estaba languideciendo. Lego necesitaba urgentemente innovar y lo hizo mediante una estrategia radical: crearon un grupo de trabajo en que. además de su propio departamento de I+D y diseñadores, participaron usuarios avanzados (verdaderos fanáticos que llegan a organizar congresos), siguiendo el modelo del crowdsourcing. Utilicé este caso en su momento como ejemplo de innovación por los usuarios y un artículo publicado en el número de Febrero de 2006 de Wired, Geeks in Toyland, explicaba detalladamente la historia.
El éxito del nuevo Mindstorms es un ejemplo claro del potencial de la la innovación abierta, y en particular del modelo en que la participación de usuarios permite incrementar la creatividad del proceso de diseño de un producto (en este caso con nuevas funcionalidades, mayores posibilidades constructivas, y un interfaz de programación más potente y amigable).
Ahora acaba de salir a la luz el libro Forbidden Lego, de Ulrik Pilegaard y Mike Dooley, editado por No Starch Press. Los autores son dos “Lego master builders” que desde dentro y fuera de la compañía han participado activamente en el desarrollo de la última versión de Mindstorms. El libro ha sido analizado detalladamente en Evil Mad Scientist (vía GeekDad; otra revisión en ArsGeek, donde también han publicado una entrevista con Ulrik Pilegaard). Sus autores han volcado en este libro su conocimiento sobre aquellas posibilidades de Lego que no pueden desarrollarse “dentro de la ley”, o dicho de otro modo, diseños que requieren asumir ciertos riesgos (superiores a los que fija la legislación), cortar piezas o utilizar componentes ajenos a Lego:
… The Lego product safety standards are (of course) discussed in some detail, and more or less boil down to the question "could it poke an eye out?" (And poking eyes out is frowned upon.) There are also apparently other Lego design rules and guidelines-- models might be considered unsuitable for production if they require cutting bricks, using non-Lego components, or so forth. But, creativity has its ways of oozing around rules, hence the book.
El libro desarrolla 5 casos que, por supuesto, están totalmente “fuera de la ley” pero pueden resultar mucho más atractivos que la mayor parte de modelos “oficiales” para los fans de Lego.
Ulrik Pilegaard y Mike Dooley son dos usuarios avanzados convertidos en “crowdsourcers” al servicio de Lego que, en un determinado momento, han decidido retar a la empresa. Más allá de este caso concreto, y teniendo en cuenta la importancia creciente de fenómenos como la innovación abierta y el crowdsourcing, tenemos aquí un excelente ejemplo de que el futuro de los modelos de negocio abiertos puede operar por rutas muy diversas. El crowdsourcing, especialmente aquel destinado a incrementar la eficacia y la velocidad de la innovación (no tanto en el caso de que el objetivo sea aumentar la creatividad), suele considerarse como un riesgo potencial para los “trabajadores” (ya sean empleados o crowdsourcers) dado que permite a las organizaciones rentabilizar de un modo extremo el trabajo y conocimiento de los usuarios avanzados con un coste mínimo (muy inferior, para el mismo resultado potencial, al que supondría el desarollo de un proceso equivalente de modo interno).
Pero, el caso de Lego Forbidden apunta a otro escenario. Los usuarios pueden llegar a diseñar nuevos productos y servicios que no son de interés para la empresa y, como no están vinculados a ella como empleados, pueden permitirse, por las motivaciones más diversas, difundir estos diseños retando de este modo al propio modelo de negocio de la empresa con la que colaboraron. ¿Cuáles serían las consecuencias de este proceso? ¿La reinvención de las empresas?, ¿su desaparición?, ¿el abandono del crowdsourcing, o su transformación en nuevas formas de empleo, para evitar estos peligros?
Podría incluso pensarse que finalmente esta rebelión de los usuarios puediese revertir de nuevo en positivo hacia la empresa si es capaz de desarrollar una estrategia, un tanto maquiavélica, en la que los usuarios avanzados difunden usos “no permitidos” que muchos otros usuarios querrán utilizar y para los que, finalmente, deberán también comprar productos de la empresa. Así, aquellos que quieran construir los diseños de Lego Forbidden deberán, a pesar de todo, comprar buena parte de sus materiales a la propia Lego. y el aumento de la oferta de diseños puede provocar incrementos en el consumo de productos Lego por sus clientes.
En esta confrontación de usuarios y crowdsourcers con las empresas abiertas se puede dar una carrera de armamentos constante que, independientemente de las consecuencias para los actores, generará una espiral de innovación.
Aunque siempre sería posible un tercer escenario, especialmente en países como España con políticos y grupos de presión tan recelosos de la innovación y la tecnología y proclives a la demagogía y al mantenimiento del status quo. No es difícil imaginar que en un momento dado, algún funcionario o político con responsabilidades de gobierno acaben llegando (incluso leyendo) al libro Lego Forbidden y concluyan con una lógica aplastante que los productos de Lego son peligrosos para los ciudadanos. En este momento es más que probable que una o dos organizaciones de consumidores reclamen, con gran aparato mediático, que el gobierno tome cartas en el asunto y cumpla con su ineludible responsabilidad de protección al consumidor. Dada la imaginación a que nos tienen acostumbrados estos actores, el resultado más probable sería la prohibición para todo el territorio nacional de los prodcutos Lego. ¿Problema resuelto? Más bien no; Mindstorms pasaría de ser un producto minoritario propio de padres geeks e hijos nerds a estar en boca de todos. La gente descubriría las enormes posibilidades (acompañadas de la dosis precisa de riesgo) de algo aparentemente tan aburrido. Con el incentivo de lo prohibido multitudes de nuevos usuarios se lanzarían a buscar esos nuevos objetos de deseo. Los “mercados negros” de Amazon o eBay harían el resto. Puede que Lego debiera empezar a regalar alguna copia de su “libro prohibido” …