Siguiendo con la idea de la la capacidad organizadora del desorden en la planificación urbana, en Ciudades enredadas | ADN.es, he analizado tres ejemplos, enormente diferentes entre si pero que comparten un modelo de diseño y gestión urbana que podríamos definir como minimalista, dado que se basa en la definición de unas reglas mínimas (en oposición a la habitual hiperplanificación). Al menos dos de estos ejemplos se han revelado como exitosos, aunque por supuesto no exentos de polémica.
La planificación urbana es el territorio del control absoluto. En España, y especialmente en los últimos años, vivimos un modelo de gestión que deja pocos detalles urbanos a la decisión de ciudadanos y/o la iniciativa privada. Las alturas de los edificios, la densidad de viviendas, los usos permitidos o prohibidos, los materiales y al estética de las fachadas … Todo se define a priori, y hasta el último detalle, en el plan de ordenación que se prepara antes de que se inicie el proceso de desarrollo urbanístico.
Los recurrentes problemas y conflictos urbanísticos que surgen a lo largo de la geografía española (y de prácticamente cualquier ciudad mundial) son utilizados por muchos para defender la necesidad de incrementar el control del desarrollo a través de normas y planes. Pero, también podría interpretarse en sentido contrario. ¿No serán estos problemas el efecto perverso de un sistema de reglas demasiado estricto? Una ciudad es un sistema complejo cuya dinámica depende de innumerables factores difícilmente predecibles y, mucho menos, controlables por un ente centralizado actuando al margen del resto de actores que hacen ciudad. Por tanto, pretender que mediante un plan a priori, que por otra parte solo afecta a la parte tangible de la ciudad, se pueda determinar el futuro de un área urbana parece un objetivo poco realista.
¿Existen alternativas? Posiblemente pasen por un cambio profundo de paradigma de modo que, en lugar de definir de modo estricto el resultado final deseado del proceso de desarrollo, se fijen unas pocas reglas que diseñen un escenario sobre el que la iniciativa privada, las comunidades y los ciudadanos puedan crear su propia ciudad adaptada a sus necesidades y a las oportunidades de desarrollo económico. Esas “pocas reglas” definirían el “escenario de juego” y deberían introducir transparencia en todo el proceso.
En El "modelo Benidorm": un ejemplo de eficiencia propongo la “rehabilitación”, caso de que la necesite, de esta meca del turismo de masas como paradigma urbano, al menos en el origen de su crecimiento explosivo.
Un buen ejemplo de este cambio de paradigma lo tenemos en un caso que a muchos parecerá contra-intuitivo. Benidorm ha sido denostado en muchas ocasiones por su modelo urbano y por la tipología del turismo que atrae, mezclándose muchas veces ambas críticas cuando no están necesariamente asociadas. En realidad el Benidorm como ciudad turística nació hace pocas décadas y creció como una ciudad compacta y de muy elevada densidad. Hoy en día, se acepta ya que la densidad genera eficiencia energética, y por tanto es fundamental para la sostenibilidad ambiental. Del mismo modo, los modelos de ciudad densa se han revelado como espacios donde se desarrolla con mayor intensidad la innovación y la creatividad (más aquí). Tanto es así que incluso El País, en los últimos tiempos azote de lo que han venido en llamar de modo indiscrimiando “urbanismo salvaje”, reconocía hace poco que Vivir hacinados es más 'verde' proponiendo esta hipótesis que contradice buena parte de su línea editorial en los últimos tiempos: “La ciudad vertical respeta más el medio ambiente - ¿Y si Benidorm no estaba tan mal?”.
Dos buenos lugares para explorar la historia urbana de Benidorm son:
… el podcast de Scalae, donde Félix Arranz entrevistó al sociólogo navarro Jose Manuel Iribas (José Miguel Iribas, socializador de arquitecturas, mp3), una de las figuras centrales en el desarrollo de planes urbanísticos en España y un defensor del “modelo Benidorm” que huye de maniqueismos y visiones simplistas de las ciudades. Iribas explica en esta entrevista la génesis del Benidorm hiperdenso explicando las claves que comentábamos antes.
Por otra parte, el estudio de arquitectura holandés MVRDV y su proyecto / libro Costa Ibérica, especularon con un Benidrom aún más hiperdenso como única opción sostenible en la costa mediterránea. Como explicaba en su momento
En Planificar ciudades con pocas reglas: de Oslo al desierto de Nevada recupero la historia de Burning Man y la planificación urbana, un caso de auto-organización y arquitectura efímera, el proyecto de un nuevo distrito que se está planeando en Oslo para recuperar una zona portuaria en desuso:
… Hasta aquí no aparece nada novedoso; la misma historia que se repite una y mil veces en las ciudades europeas que se deben adaptar a un presente y futuro post-industrial. Pero en Superspatial, Oslo Recoded, nos explican como este proyecto esconde una serie de elementos radicalmente diferentes. En el futuro Barcode se permitirán edificios muy altos, superando las limitaciones que hasta el momento se han aplicado en Noruega, y las reglas de planificación han sufrido una “subversión estética”.
… el futuro desarrollo girará alrededor de una regla básica: se impone el cambio en cada nuevo edificio respecto al anterior sin definir ningún estilo arquitectónico a priori. No se explicitan reglas para cada parcela, solo las relaciones entre parcelas y edificios anexos. Así, si se diseña una casa con una cubierta plana, la siguiente debe contar con otro tipo de cubierta. Si un edificio presenta una fachada de cristal, el siguiente debe utilizar un material diferente…
Desde un punto de vista estético, se traslada el objetivo desde el diseño de cada elemento del barrio al diseño de la diversidad, partiendo de la hipótesis de que es esta variación la que genera un efecto atractivo.
Tanto Oslo, como de otras formas Burning Man o el propio Benidorm suponen “un desafío total a la mentalidad planificadora europea y un experimento extremo que permitirá aprender mucho sobre la dinámica del desarrollo urbano y las estrategias de la iniciativa privada”.