El espectro radioeléctrico -el espacio de señales electromagnéticas por el que circulan emisiones de radio y TV, señales de telefonía móvil y GPS, redes de Wifi- es el suelo urbanizable de la sociedad de la información. [En Reclamar el espectro. Proyecto de José Luis de Vicente para la octava edición (2006) del festival Zemos98.]
El arte sintetiza y hace tangibles algunos de los problemas a los que se enfrenta la sociedad. Puede ser un agente político de primer orden al hacer visibles y públicos los grandes debates que la política oculta y pretende resolver fuera de la esfera pública.
1. El arte
En Soitu.es | Piel digital, Arte y política alrededor del 'ladrillo digital':
La apropiación por parte de los ciudadanos de tecnologías y medios de creación y comunicación digitales es un paso imprescindible para la creación de nuevos espacios públicos híbridos, propios de la sociedad red. El espectro radioeléctrico aparece en este contexto como una infraestructura fundamental. Pero, mientras el suelo urbanizable “analógico” es finito y por tanto susceptible de sobre-explotación, el “suelo digital” sufre mucho menos este peligro. El espectro es un recurso que por su propia naturaleza es abundante (en muchos casos, en la práctica, ilimitado). Sin embargo, paradójicamente, se han creado condiciones artificiales de escasez mediante regulaciones que limitan el desarrollo de infraestructuras o la aparición de nuevos actores que proporcionen servicios a los usuarios. Estas limitaciones alcanzan su máxima expresión en el caso español en las frecuencias para emisiones de radio y televisión que son objeto de estrictas regulaciones y adjudicaciones limitando un espectro que podría dar cabida a un número muy superior de emisoras y cadenas. Se limita la cantidad, el número de usuarios activos (no el de consumidores), y la calidad, la diversidad de usos y servicios.
El propio José Luis de Vicente retoma ahora la cuestión y, junto con Irma Vilà y Bestiario, han desarrollado The Atlas of Electromagnetic Space. Tal como explican en el blog de Bestiario “ es una instalación interactiva … con el propósito de representar el espectro electromagnético y de dar a conocer una serie de proyectos artísticos cuyo tema central es éste. La instalación establece una vía de interacción con el espectro electromagnético que permite comprender su estructura y su topología”…
2. La política (combinada con tecnología y economía)
De algún modo, este atlas, aparentemente descriptivo y aséptico, hace política dado que hace visible lo intangible y por tanto permite al visitante / usuario explorar un “territorio” cotidiano pero poco conocido. Así lo explican en la página del festival NOW, al presentar el espectro electromagnético como “La metáfora que unifica“ …
El atlas, en su desarrollo actual, nos habla de la “oferta de espectro”. Sería interesante superponer sobre este paisaje electromagnético disponible el uso efectivo que realizamos y el “suelo” que está aún baldío y pendiente de “urbanización”. De este modo se podría visualizar de un modo completo, y crítico, la economía política del uso de este espectro.
Estos días ha salido a la luz uno de estos conflictos / oportunidades para la liberación del espectro. Lo comenta Enrique Dans en Google, los white spaces y la WiFi 2.0:
Google ha aprovechado la reciente subasta de espectro radioeléctrico en los Estados Unidos para dar un empujón adicional a la denominada “WiFi 2.0&Prime” o “WiFi on steroids“: el uso de las frecuencias no utilizadas entre canales del espectro liberado por la conversión forzosa de la televisión analógica a digital (white spaces) para la provisión de acceso a Internet de banda ancha …
El espectro en discusión está constituido por una serie de bloques no contiguos, no tan limpios como la banda que se acaba de subastar recientemente, y con múltiples problemas de interferencia. La White Spaces Coalition, sin embargo, afirma haber desarrollado la tecnología necesaria para resolver esos problemas, y ha enviado ya a la FCC dos prototipos de dispositivos presuntamente capaces de utilizar esas frecuencias sin provocar interferencias en la señal de televisión, lo que abriría la posibilidad de su apertura…
Sin embargo, las empresas de telecomunicaciones ven la posibilidad de la liberación de los white spaces como un auténtico desastre, que afirman les haría perder en torno al 40% de la facturación por minutos de telefonía móvil. Por supuesto, lo que no dicen las compañías de telecomunicaciones es que ellas mismas podrían haber desarrollado su propia tecnología para aprovechar los white spaces, y que no lo hicieron porque eso exigía innovación con un destino claramente incierto.
David Weinberger proporciona otra detallada explicación de este tema en Google’s proposal for opening the spectrum for innovation.
La versión 2.0 del atlas podría mapear sobre el espectro los “territorios” que, como los “white spaces”, son oportunidades para la innovación y el desarrollo de nuevos usos y servicios.