Cuando los gurús se enfrentan, y después de excavar entre montañas de arrogancia, autojustificación y autocomplacencia, a veces surgen debates realmente relevantes. Algo así ha sucedido en el fuergo cruzado entre los fundadores de 37signals, seguidores declarados del diseño y la usabilidad de Apple, y el experto en diseño Don Norman, antiguo asesor de Apple que ahora trabaja con Microsoft.
Todo comenzó con el artículo en Wired, The Brash Boys at 37signals Will Tell You: Keep It Simple, Stupid, que dió paso a Don Norman para pregunatrse retóricamente Why is 37signals so arrogant?, a lo que por supuesto responde Jason Fried, co-fundador de 37signals, explicando Why we disagree with Don Norman. En Soitu.es | Piel digital tratamos de buscar debajo del aparente debate sobre la arrogancia para quedarnos con una cuestión mucho más interesante: Simplicidad en el software, ¿es posible?.
El software que usamos todos los días, ya sea instalado en nuestros ordenadores o, cada vez más, residente en la web, ofrece un número creciente de utilidades de todo tipo. Más opciones, ¿mayor complejidad?, ¿mayor dificultad de uso? No tendría por que ser así. De hecho, la mayor parte de las aplicaciones de la web 2.0 no requieren más que unos mínimos conocimientos técnicos para crear y publicar contenidos en Internet. Una tarea que hasta hace poco estaba reservada a expertos y geeks.
Entonces, ¿nos encontramos ante dos tendencias aparentemente contradictorias?: aumenta la complejidad de las herramientas y, al tiempo, su uso se hace más simple.
¿Conclusiones?
Pero, ¿qué nos queda de esta disputa? ¿Es la simplicidad solo una moda o una necesidad?, ¿necesitamos mayor complejidad en el diseño del software y de la interacción de los usuarios para incluir funciones más complejas?
Norman quiere solucionar el problema de la “larga cola” de usuarios incluyendo funciones para todos los nichos (incluso aquellos más minoritarios) en un mismo producto. 37signals diseña pensando en la “corta cola”. Pero existe algo más, y ahí está la razón de ser del diseño. Un mismo nivel de complejidad funcional puede ser resuelto con mejor o peor usabilidad para el usuario. Esta parece, por ejemplo, ser una de las diferencias clave entre los productos de Microsoft y los de Apple.
Quizás en este momento deberíamos recordar las famosas, y fuertemente contestadas por algunos diseñadores, leyes de la simplicidad que propone John Maeda en su libro The Laws of Simplicity (traducción al español), y que discute desde los más diversos puntos de vista en su blog Simplicity (y desde hace un tiempo en el blog new RISD, que ha puesto en marcha para preparar su desembarco como presidente en la Rhode Island School of Design). Estas son, en traducción de Julen Iturbe:
- Law 1: Reduce. La forma más sencilla de conseguir la simplicidad es a través de una reducción bien pensada.
- Law 2: Organize. La organización hace que un sistema de muchos parece menos.
- Law 3: Time. Ahorrar tiempo se parece a la simplicidad.
- Law 4: Learn. El conocimiento hace todo más simple.
- Law 5: Differences. La simplicidad y la complejidad se necesitan mutuamente.
- Law 6: Context. Lo que se sitúa en la periferia de la simplicidad no es, definitivamente, periférico.
- Law 7: Emotion. Más emociones son mejor que pocas.
- Law 8: Trust. En la simplicidad confiamos.
- Law 9: Failure. Algunas cosas nunca se podrán hacer de forma sencilla.
- Law 10: The One. La simplicidad es restar lo obvio y añadir lo que está lleno de sentido.
Parece que 37signals son uno de los ejemplos canónicos de aplicación de las leyes de Maeda. Y si queremos un ejemplo más cercano, los sevillanos de Flowers in Space se encaminan en la misma dirección, esperemos que exitosa.