Cuando las fronteras, las superficies, se transforman en interfaces, se hacen más complejas evolucionando hacia sistemas de procesamiento de relaciones (comunicación) y de información. Tratar de comprender esos nuevos espacios para la interacción social y la creación de conocimiento, las antiguas superficies, ha dejado de ser algo superficial. Ahora solo se puede profundizar en la comprensión de una organización si la analizamos como una o múltiples interfaces. Del mismo modo el diseño de una organización se convierte en gran medida en el diseño de interfaces. En este sentido, me han parecido especialmente sugerentes estos dos comentarios sobre “superficies”, visibilidad y superficialidad:
En una entrevista a Rafael Sanchez Ferlosio en El Pais, Ferlosio contra la historia universal:
… describir los dos rasgos principales de su escritura: "La frase larga y la superficialidad"…
A lo segundo, la superficialidad, le quita todo tinte peyorativo: "Siempre mantengo mi atención sobre la superficie de las cosas, sobre lo que salta a la vista". Y sobre lo que no. De hecho, Ferlosio se ha convertido en un gran cazador de estereotipos y frases recurrentes "que ocultan concepciones ideológicas fosilizadas".
Un post de José Luis Molinuevo, Room 666 (para fumadores), sobre el cine y la importancia de hacer realmente visible lo que solo es téoricamente visible (por encontrarse en la “superficie”).
… Por ello, me interesa más la frase de Godard citada al comienzo que otros volúmenes que hablan de todo menos de cine… Con todo, me voy a permitir contraponerla a otra suya en la que repite un tópico: el cine debe decir lo invisible, lo increíble. Casi es una variante de Klee: el arte debe hacer visible lo invisible. A comienzos del siglo XX era, tal vez, un reto, hoy día se ha convertido en la maldición de lo obvio. Sigamos viendo imágenes. Algo en la película nos hace reflexionar: el director turco Yilmaz Güney no puede dar su testimonio en persona, sólo grabado, al estar perseguido por la dictadura turca. Su foto queda pegada en esa televisión sobre la que se discute si va a acabar o no con el cine. Ahora es todo tan evidente que sólo hace falta la valentía de nombrarlo.Mi reflexión final:El arte de hacer visible lo invisible es actualmente el arte de hacer invisible lo visible. Por ello, la tarea del arte contemporáneo debería ser la de hacer visible lo visible.