A Coruña, como muchas otras ciudades españolas, vivió en las últimas décadas su propia historia de transición hacia la mediocridad urbanística, hacia la conversión de su centro y espacios públicos en parques temáticos, y de expulsión de la ciudadanía hacia las periferias (espaciales, psicológicas, culturales, sociales, políticas ...). Un ejemplo clásico del urbanismo autoritario con discurso progresista. A pesar de todo, y de forma casi inexplicable, en los últimos años surgen colectivos desde la arquitectura, del arte, del diseño, de la cultura, del activismo social y político ... que deciden reconstruir la ciudad desde la base, a favor de los ciudadanos (y sobre todo de aquellos a los que el poder ha invisibilizado y marginalizado con enorme eficacia en los últimos tiempos) y en contra, casi siempre, del poder político que no ha sabido comprender que en realidad son estos grupos su única salvación si no quieren acabar por hundirse al tiempo que hunden a la ciudad con su propio fracaso.
En otras ciudades, de la relación conflictiva entre poder y colectivos están naciendo nuevos modelos de diálogo y negociación, formas de colaboración que están permitiendo experimentar con nuevas estrategias urbanas. Estos modelos siempre tienen el peligro de la manipulación que desactive las iniciativas de transformación pero al tiempo representan una oportunidad. Los políticos saben que "su modelo" ha fracasado estrepitosamente y no saben que ruta seguir ahora, pero intuyen que necesitan cambios profundos. Empiezan a comprender que es positivo que en la ciudad existan procesos que no controlan y con los que incluso pueden no estar de acuerdo. Y los colectivos asumen el reto del cambio de escala, de pasar de lo marginal a lo nuclear, de diseñar nuevas organizaciones, de trabajar con el que al tiempo es diferente, opuesto o incluso enemigo.
En Coruña no sucede esto. Todo atisbo de participación ciudadana es cortado de raíz cuando no puede ser perfectamente controlada por el poder. Querer ser ciudad espectáculo con unos pocos cientos de miles de habitantes y centro turístico en un extremo aislado del noroeste solo conduce a la melancolía. Pero en ese tránsito muchos han encontrado una forma de vida. Por desgracia aún no saben que todo se termina más pronto que tarde.
El colectivo Ergosfera y el CSO Casa das Atochas son dos de esos colectivos, espacios u organizaciones que han empezado a transformar la ciudad. No se necesita estar de acuerdo con todo lo que dicen o hacen para desear que grupos así existan y desarrollen una actividad intensa. Los políticos de Coruña deberían estar felices sabiendo que estos colectivos están haciendo parte del trabajo que ellos no han querido ni sabido hacer durante décadas. Pero no, siguiendo la táctica habitual se limitan a esperar su momento y aplicar el reglamento para tratar de acabar con cualquier brote, por muy humilde que sea, de iniciativa ciudadana proactiva y de creatividad urbana.
Pero para entender lo sucedido lo mejor es el texto La Arquitectura / Urbanismo desde La Casa das Atochas que ha publicado Ergosfera y que aparece íntegro a continuación:
Desde el pasado 23 de marzo, el CSO Casa das Atochas puede ser desalojado en cualquier momento debido a una decisión tomada en el Juzgado de Instrucción Nº5 de A Coruña… [>>>]
La técnica urbanística sólo es racional si contribuye a construir una ciudad mejor. La Casa das Atochas aporta valor a la ciudad desde muchos puntos de vista, y si bien algunos son quizás ¿excesivamente? subjetivos como para poder analizarlos en términos empíricos, otros, como la diversidad ampliada en cuanto a actividades sociales, políticas y culturales que aporta, son perfectamente introducibles en la ecuaciones del urbanismo. Un capital social de este valor, producido tan sólo a cambio de un edificio abandonado, no es comparable ni cualitativa ni cuantitativamente con el ínfimo beneficio para la empresa propietaria del mismo que conseguirá si los pasos que ha fijado el urbanismo se hacen realidad… Y no hace falta compartir el 100% de los presupuestos económicos implícitos en esta forma de apropiación autónoma de la ciudad para afirmar que es beneficioso que la Casa das Atochas siga funcionando como nodo urbano, continúe sus actividades y resista a la presión inmobiliaria que ya ha dejado suficiente huella en As Atochas - Monte Alto.
Reproducimos aquí un pequeño texto que expresa perfectamente el pensamiento de much@s ciudadan@s y que, entre otras cosas, reclama de forma directa la posibilidad de una arquitectura y un urbanismo como disciplinas técnicas capaces de ofrecer respuestas al presente.
POR UN URBANISMO POPULAR AUTOXESTIONADO
Fronte á proclama dos poderes desta cidade de que “lo que quieren los ciudadanos es ir a los centros comerciales”,
DICIMOS:
Establecer como hipótese que unha zona da cidade pode ser simultaneamente lugar de permanencia e tranquilidade para moitas, de paso para algunhas e de intercambio e asombro para todas, e que a súa estrutura física e mental é feita pola colectividade, agás se esta chegou a ser parasitada por organismos autoritarios que só pretenden obter dela producións e obediencias e temen por enriba de todo calquera desorde, insumisión, invención na rúa, xurdimento de ritmos internos, de fluencias, de xeitos de estar sen medo nin tensións, confianzas, capacidades de traballo colectivo, de apoio mutuo, educación non autoritaria, curación e arte sen manipulación, autoorganización sen ánimo de mando nin lucro …
Como poden establecerse un urbanismo e unha arquitectura que axuden ás persoas a organizarse para rehabilitar, recuperar, adaptar directamente os espazos que precisan para xogo, encontro, experimentación e vivenda?
Que lexitimidade poden pretender xs intérpretes da lei que lle dan mecanicamente ou seu contido máis reaccionario e supersticiosamente mercantil? Que valor moral pode ter unha lei que non respecta nin os seus presupostos “democráticos” e “sociais” e simplesmente organiza a máis rápida e efectiva desposesión das posibilidades de vida autónoma dos seres vivos, intelixentes e sensibles?
Que desexos existen na sociedade de falar sinceramente das necesidades de vivenda adaptada aos ritmos de rapacxs, adultxs e vellxs? Como se combinan o urbanismo e a arquitectura popular con estruturas abertas que faciliten a vida cotiá, as mediacións e axudas que unha colectividade complexa precisa? O urbanismo do curro en común, das rehabilitacións urxentes, da resistencia á extorsión e os desafiuzamentos, da axuda e coidados respectuosos aos grupos e persoas que o precisen, sempre coa condición da súa liberdade, participación e autonomía …
Como deixa de cumprir unha cidade as súas funcións na sociedade mercantil para ser zona de encontros, aprendizaxes, emocións, reintegrada no medio ambiente, capaz de reorganizar ecolóxicamente a produción e circulación de cousas e ideas?
CSO Casa das Atochas
El urbanismo de la ciudad no ha sido capaz de entender que la Tercera Ronda como elemento urbanizador era la solución para el asentamiento de Penamoa y no una buena excusa para arrasarlo. Tampoco se ha querido entender como una técnica capaz de impedir el declive radical del comercio en San Andrés sin mirar para otro lado mientras La Crisis recibe la culpa en exclusividad.
Por cuestiones tan cercanas como éstas, sin tener casi que mencionar su incapacidad para afrontar el problema de la vivienda o su falta de imaginación para fomentar microeconomías sostenibles, todo hace parecer que ni la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de A Coruña, ni la Delegación de A Coruña del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, ni la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña van a ser instituciones capaces de entender la necesidad de replantearse algunos de los cimientos de la arquitectura/urbanismo de forma que los procesos ciudadanos autogestionados tengan cabida en la ciudad. ¿Dónde más está sonando el teléfono?