Dentro del Laboratorio del Procomún de Medialab-Prado (Madrid) comenzamos en 2012 el grupo de trabajo Ciudad y procomún que coordino. El próximo miércoles 1 de febrero tendremos la primera reunión abierta (como serán todas las actividades) [streaming en directo] con la participación de Antonio Lafuente, (director de la línea de trabajo del Laboratorio del procomún, texto en pdf), Joan Subirats (director del Instituto Universitario de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona; texto en pdf), y Beatriz García (Observatorio Metropolitano que presentará La Carta de los Comunes. Para el cuidado y disfrute de lo que de todos es editado por Traficantes de Sueños; libro en pdf). El objetivo principal de esta reunión es establecer un debate abierto con todos los participantes que sirva de inicio al diseño de las acciones a desarrollar dentro de este nuevo "espacio" de trabajo y reflexión.
Este es el texto que he preparado como presnetación del grupo y como reflexión inicial sobre la ciudad y el procomún.
Presentación y objetivos del grupo
El Laboratorio del Procomún de Medialab-Prado inicia en 2012 un nuevo grupo que trabajará sobre "Ciudad y Procomún". Este grupo, como otros en Medialab, es abierto y aspira a integrar a las numerosas personas y grupos que trabajan activamente en sus ámbitos de interés de modo que Medialab apoye sus acciones y reflexiones y contribuya a la colaboración y amplificación del debate y la comunicación de estas experiencias. El objetivo de este grupo es desarrollar un programa continuo de trabajo que sirva de espacio de encuentro tanto a las acciones de otros programas de Medialab-Prado (como Visualizaro Interactivos?) donde se realizan actividades relacionadas con la ciudad, como a los numerosos colectivos que en Madrid y otros lugares trabajan de forma activa sobre el espacio público, la tecnología y la participación ciudadana. Un objetivo complementario es impulsar proyectos nuevos que complementen a los ya en marcha y que se construyan a partir de la interacción de las diferentes disciplinas y sensibilidades de los participantes en el grupo.
Pretendemos crear un espacio de encuentro para desarrollar proyectos y pensar alrededor de la confluencia de ciudad, tecnología y gobernanza. Hemos identificado inicialmente, y solo como inicio del diseño del propio grupo, tres grandes ámbitos de actividad: infraestructuras (mapas, sensores, infro-estructuras …); ámbitos de la vida urbana (alimentación, movilidad, espacio público, energía …); y teoría (participación, gobernanza, narrativas, espacio público).
El grupo se inicia como respuesta crítica y constructiva a la emergencia del modelo de smart cities (ciudades inteligentes) para explorar y reflexionar sobre los impactos de los cambios sociales y tecnológicos en los espacios urbanos, con la vocación de entender los procesos de empoderamiento ciudadano y las transformaciones que deben operar en la gobernanza de las cuidades contemporáneas para hacerlas más inclusivas, vitales, humanas y sostenibles.
Sobre la ciudad y el procomún
Los desarrollos tecnológicos de las últimas décadas, y en particular a tecnología digital, han posibilitado la irrupción de un modelo urbano conocido como smart cities en las que el despliegue de sensores de todo tipo, controlados por las administraciones públicas y grandes proveedores de servicios, permitiría monitorizar en tiempo real la vida urbana (clima, tráfico, flujos de personas, contaminación...), lo que posibilitaría una gestión mejor adaptada a las necesidades de la ciudadanía. Pero este concepto de ciudades inteligentes lleva implícito el modelo convencional (jerárquico y burocrático) de gestión urbana basada en la planificación en manos de expertos y políticos. Uno de los riesgos de este modelo es que amplíe la capacidad de control de la ciudadanía y disminuya el potencial de participación ciudadana al incrementar la aparente complejidad y el automatismo en la toma de decisiones.
En estos momentos el problema del urbanismo no es la tecnología sino el modelo de ciudad, de gestión urbana y de gobernanza que se plantea. En este sentido, las smart citiesincorporan de algún modo el argumento de que la complejidad de las ciudades y de su gestión hace imprescindible la existencia de una planificación centralizada que controle todos los procesos. En realidad este argumento busca mantener e incluso fortalecer el status quo de políticos, gestores y proveedores de servicios e infraestructuras. Sin embargo, esta línea argumental olvida que la planificación centralizada también presenta limitaciones evidentes y ha fracasado en muchos ámbitos generando disfunciones en la vida urbana (desde burbujas inmobiliarias a la congestión por predominio del automóvil particular en el transporte pasando por la eliminación de la diversidad por la zonificación de usos).
En contraposición a esta visión de los cambios provocados por la tecnología, nos encontramos que al mismo tiempo la tecnología digital se ha hibridado de forma íntima con nuestros comportamientos configurando un tipo de ensamblajes que podemos definir como tecnologías sociales. Estas podríamos definirlas como todo tipo de tecnologías (infraestructuras, hardware, software, servicios web) susceptibles de ser utilizadas para el empoderamiento y coordinación ciudadano, y especialmente para el desarrollo autónomo de proyectos colaborativos. Estas tecnologías son diseñadas de un modo abierto para maximizar las probabilidades de apropiación ciudadana que permita su reconfiguración y remezcla con usos diferentes a los ideados inicialmente por sus creadores. Por tanto una tecnología se convierte en social cuando existen comunidades de usuarios que las incorporan a sus prácticas cotidianas y les dan usos innovadores. Las tecnologías sociales son los vehículos que están haciendo posible una nueva forma de urbanismo que podríamos denominar emergente o P2P. Esta aproximación representa una forma alternativa de construir la ciudad, de abajo arriba y utilizando el conocimiento y la acción ciudadana en diálogo y colaboración con los expertos y gestores.
El enfoque emergente o P2P al urbanismo ha demostrado en los últimos años su capacidad de acción, desarrollo de proyectos autónomos y negociación con el poder por parte de la ciudadanía. Entre los referentes que demuestran la viabilidad y capacidad transformadora de este enfoque nos encontramos con proyectos y acciones en el ámbito de la tecnología e información: el movimiento de datos abiertos y el desarrollo de aplicaciones cívicas; el despliegue de redes de sensores distribuidos y la creación de plataformas de gestión de sensores y bases de datos (como Pachube); desarrollos tecnológicos de sensores para abaratar su coste y ampliar su espectro de variables registradas (con todas las posibilidades que abre el hardware abierto como Arduino); el desarrollo de infraestructuras ciudadanas (como la red wifi de guifi.net); y de info-estructuras ciudadanas (desde wikipedia hasta FixMyStreet u OpenStreetMap). En el ámbito de la participación ciudadana nos encontramos con un número creciente de colectivos practicando urbanismo local (comunidades donde se reúnen profesionales, amateurs y usuarios) con el objetivo de recuperar o crear espacios públicos y dotarlos de actividad. En este sentido la propia ciudad de Madrid ha vivido en los últimos años la emergencia de numerosos colectivos de este tipo lo que hace aún más interesante un grupo como "Ciudad y procomún" dentro de un espacio como Medialab donde son activas diversas comunidades que exploran uso innovadores de la tecnología y donde el laboratorio del Procomún reflexiona desde la acción sobre la revitalización de nuevos modelos de gobernanza.